sábado, 29 de septiembre de 2012

Gloria filius

La edad de la calma

No corras por mis venas que puedes mancharte,
de la escoria que mis pasos han recogido,
nocturnos, alevosos, sin rumbo fijo.

Brinca tan alto hasta que me alcances,
cuando yo ya me haya ido,
más alto que la luna.
Sin premura.
Consentido.

Gloria, gloria al hijo.


0 comments:

Publicar un comentario